“Espejo de los sueños”, de Francesca Ancarola

El sentido práctico de este libro de músicas y letras de Francesca Ancarola, es de servir como guía general para la interpretación de una selección de canciones compuestas entre los años 1996 y 2005, hallándose a medio camino entre el cancionero y la transcripción con notación prescriptiva.

Al mismo tiempo, este material posee un valor didáctico destacable, pues contribuye como material para el análisis musical y estilístico de esta cantautora chilena. Esto adquiere una relevancia especial en el Chile de hoy, en circunstancias que algunas instituciones dedicadas al estudio sistemático y académico de la música popular ya han cumplido más de 25 años de actividad en nuestro medio.

Como muchos músicos de su generación, Ancarola también ha sabido sintetizar en sus composiciones lo propio y lo ajeno, manifestado en la conjunción de ritmos populares latinoamericanos junto melodías expresivas, temáticas con un enfoque personal de la existencia, y un enfoque armónico moderno, rico en colores y tonalidades que apoyan a los ritmos y las palabras.

De este modo, todas las composiciones de Francesca Ancarola compiladas aquí tienen en común el desarrollo de una lírica intimista, muy personal, vehiculada a través de melodías vivaces, que son ataviadas con diferentes variantes de ritmos latinoamericanos y con armonías modernas derivadas de la música docta.

Ancarola se vale de la forma canción para desarrollar su lírica personal, arropada (como ya se dijo) de diversas variantes de ritmos latinoamericanos. Por ejemplo, en composiciones como Luna luz (1996) el texto intimista se combina con ritmos ternarios de raíz latinoamericana, donde la voz de Francesca evoluciona desde la emoción interior al desborde externo. En Cuarto de hotel (1996) el ritmo de bolero sirve de base para un texto que es elaborado de un modo similar a Construcción, de Chico Buarque; la armonía, abundante en tonalidades menores, apoya una historia de carácter más bien lúgubre que triste. Doña María (1998) es una composición más rítmica y activa, con aires cuequeros y de blues. La transcripción de la parte de guitarra se destaca por presentar algunas secciones con escritura bastante detallada. La canción Allá (1998) plantea aires brillantes, con un texto propositivo y optimista, mientras que en Banderita rota (1999) un ritmo base de tonada chilena sirve para presentar una escena que de la descripción de la naturaleza muta en pasaje humano, festivo y localista.

Por su parte Vuelvo a tí (1999) es una canción con una rítmica inspirada en el chamamé litoraleño, mientras que En tu piel (2000) consiste en una balada con un aire misterioso, cuya melodía es acompañada por un sutil figuración de arpegios de la guitarra. Una elaboración rítmica a partir del landó presente en Quedará (2001), deriva luego en una especie de tumbao sonero, mientras que la influencia de la trova cubana está presente en Desnudas del alba (2004). Finalmente, Ojos de botones (2005) es una canción de cuna con aire de vidala, estructurada musicalmente en base a secuencias armónicas comunes en las baladas norteamericanas asociadas al jazz.

De este modo, las variaciones de ritmos populares de América Latina presentes en las composiciones de Francesca Ancarola contribuyen a dotar a su repertorio con los colores propios de la música mestiza de nuestra región. Estos elementos rítmicos, junto al tratamiento colorístico de la armonía y los textos que brotan de su sensibilidad de mujer sudamericana, hacen de las canciones de Ancarola un magnífico objeto de disfrute estético en su reinterpretación. Hoy, gracias a las transcripciones aquí presentadas, estas composiciones se ubican (también) en el nivel de objeto de estudio, para así comprender mejor nuestra cultura musical latinoamericana.

Álvaro Menanteau
Santiago de Chile, octubre de 2015